El Gato y el Canario

Trama
El Gato y el Canario es una película de terror y comedia muda estadounidense de 1927 dirigida por Paul Leni. Basada en la obra homónima de 1922 de John Willard y en la novelización de 1927 de Arthur B. Reeve, la película está protagonizada por Louise Dresser, Roland Young y Leo White. La película es una deliciosa mezcla de horror, misterio e ingenio, con algunas imágenes impresionantes de una era temprana del cine. La historia gira en torno a una joven, Pauline (Mary Philbin), cuya tía abuela, la solitaria y enigmática Lydia Alquist, ha fallecido, dejando tras de sí una vasta fortuna y una mansión a un extenso grupo de posibles herederos. El abogado de Lydia, el sabio e ingenioso Cicero (Edward Everett Horton), los convoca a su finca, Whispering Manor, para la lectura del testamento. Al llegar, Pauline se encuentra con un elenco de personajes excéntricos, cada uno con sus propias peculiaridades y sospechas. Está Annabelle West (Laura La Plante), una joven encantadora y sensata que cree tener derecho a la herencia; Gerald Forbes (Forrest Stanley), un pretendiente encantador pero turbio con un motivo oculto evidente; y William Commerce (C. Montague Shaw), un anciano pomposo con una inclinación por jactarse de sus dudosos logros. Otros personajes incluyen a dos primas, Joyce (Creighton Hale) y Charlie (Flora Hampton Jr.) Alquist, ambas con relaciones cuestionables con Pauline. Cuando Cicerón comienza la lectura del testamento, comienzan a ocurrir extraños sucesos. Las luces parpadean, las puertas se abren y cierran con chirridos y ruidos misteriosos resuenan por los pasillos de Whispering Manor. Al principio, todos atribuyen estas extrañas ocurrencias a la propia casa vieja, pero a medida que avanza la noche y ocurren sucesos más extraños, la sospecha se convierte en asesinato. Se hace evidente que hay un asesino entre ellos y nadie es inmune a su ira. A medida que la noche desciende en el caos, Pauline se siente cada vez más perturbada por los extraños sucesos y comienza a cuestionar su propia cordura. Con sus amigos y familiares muriendo uno por uno, Pauline se ve obligada a enfrentarse a los oscuros secretos del pasado de su propia familia. La película avanza hacia un clímax de suspense, a medida que Pauline descubre la impactante verdad detrás del testamento de Lydia y la identidad del asesino. A lo largo de la película, Leni emplea magistralmente una serie de técnicas para crear tensión y suspense. Las sombras, las siluetas y los ingeniosos ángulos de cámara se utilizan para construir una atmósfera de presagio, lo que dificulta al público discernir al amigo del enemigo. El uso innovador de la iluminación por parte de Leni, en particular los pasillos oscuros y las estrechas habitaciones de Whispering Manor, se suma a la sensación de claustrofobia y miedo que impregna la película. Las interpretaciones en El Gato y el Canario también son dignas de mención. Mary Philbin brilla como Pauline, transmitiendo una serie de emociones y vulnerabilidades mientras lucha por navegar por el traicionero mundo de Whispering Manor. El reparto secundario también da vida a sus personajes, aportando un nivel de ingenio y humor a la película que equilibra los elementos de terror. El Gato y el Canario se considera a menudo un clásico del género de terror mudo, y su influencia se puede ver en muchas películas y producciones posteriores. Su mezcla de humor, misterio y terror la ha convertido en una favorita entre el público durante generaciones.
Reseñas
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