La Maldición

La Maldición es una escalofriante película de terror japonesa dirigida por Takashi Shimizu, estrenada en 2004 y posteriormente rehecha en Hollywood en 2004 por Stephen Kay. La historia gira en torno a los misteriosos y horripilantes eventos que se desarrollan en una casa en Tokio después de que se comete un crimen atroz. La película sigue a Karen Davis (interpretada por Sarah Michelle Gellar), una joven profesora de inglés que vive en Tokio. Karen regresa a su apartamento de Tokio, donde conoce a Kayako, la madre de la familia, y a su hijo Toshio, en una fiesta de inauguración de su nuevo apartamento. Sin embargo, Karen no sabe que ha habido un suceso traumático en la casa. Los acontecimientos que preceden al encuentro de Karen con la familia de Kayako se remontan al día en que una joven, Kayako, asesina brutalmente a su marido, Takeo, y a su hijo Toshio, en su propia casa. La cordura de la madre pareció quebrarse debido al ambiente familiar, donde Takeo la golpeaba regularmente delante de Toshio y también abusaba físicamente de su hijo. La horrible escena del crimen, en la que Takeo es atado y asesinado en un baño mientras se oye a su hijo susurrar aterrorizado desde otra habitación, es un aspecto particularmente perturbador de esta historia. Unos días más tarde, un estudiante de intercambio estadounidense, Matthew Williams (interpretado por Jason Behr), se convierte en el primero en morir en la casa. Es un estudiante de intercambio que se aloja en el cuarto piso del bloque de apartamentos donde se encuentra la casa. Matthew empieza a oír los susurros de Toshio y, por la noche, es atacado y asesinado por el espíritu vengativo. El detective Nakagawa, interpretado por Takashi Shimura (en una versión japonesa de esta película, hay un detective japonés diferente) empieza a investigar la misteriosa muerte de Matthew. Descubre que todas las víctimas de la casa fueron asesinadas mientras dormían después de pasar la noche en un apartamento específico del complejo de apartamentos. Pronto descubre un patrón en los asesinatos que indica la participación de una entidad inhumana y vengativa. La casa, una vivienda japonesa aparentemente típica en Tokio, se ha convertido en un centro para los espíritus demoníacos de Kayako y su hijo. Los espíritus maléficos tienen una capacidad aparentemente sobrenatural para viajar a través de las paredes de los edificios adyacentes. Parece como si los espíritus malignos fueran capaces de poseer las mentes de sus víctimas entrando en sus casas. Los espíritus tienen un intenso odio hacia los hombres debido a su comportamiento violento hacia las mujeres. Mientras tanto, Karen empieza a sentir la extraña e inquietante presencia de la casa, a pesar de no tener una historia personal con los antiguos habitantes de la casa. Empieza a investigar la muerte de Matthew y pronto hace un descubrimiento impactante que la vincula a la oscura historia de la casa. A medida que más y más personas mueren en la casa a manos de los espíritus vengativos, se hace evidente que Karen es el próximo objetivo. Los espíritus vengativos están impulsados por una necesidad primordial e imparable de vengarse de cualquiera que ponga un pie en esa casa. Sus acciones no son meramente malévolas, sino que están impulsadas por una profunda sensación de dolor, ira y frustración, derivada de acontecimientos traumáticos pasados dentro de la casa. La trama alcanza su clímax cuando el detective Nakagawa, junto con algunos colegas, intenta investigar más a fondo, pero finalmente corre la misma suerte que Matthew y las demás víctimas. Los fantasmas de Kayako y su hijo son increíblemente resistentes y parecen ser capaces de poseer un cuerpo humano al instante si la víctima pasa una noche en su morada encantada. A medida que su número de muertos sigue aumentando, se vuelve imposible para Nakagawa y, finalmente, para Karen, evitarlos. A medida que la película avanza hacia su conclusión, el público se enfrenta a una inquietante constatación: la casa es un abismo donde la malevolencia y los espíritus vengativos prosperan y pueden sobrevivir incluso al escrutinio más intenso. Con la ira de los espíritus acercándose a ella, Karen está decidida a protegerse a sí misma y a su familia del implacable ataque demoníaco. Al hacerlo, inadvertidamente los acerca a su propio destino. La Maldición ofrece una experiencia cinematográfica inquietante y claustrofóbica, que explora varios temas oscuros al tiempo que crea una atmósfera profundamente inquietante, que deja a los espectadores perturbados y cuestionando las fuerzas oscuras que acechan dentro de un hogar ordinario.