Mujer Salvaje

Trama
En medio de una vibrante fiesta en casa, Yolanda se desata en la pista de baile, volcando sus emociones y pasión en cada paso. La cámara recorre un mar de rostros, capturando la energía contagiosa y la alegría que impregna el ambiente. Pero a medida que avanza la noche y la música se calma, el espíritu despreocupado de Yolanda se ve interrumpido por el duro resplandor de la pantalla de un teléfono inteligente. Un video, grabado por uno de los asistentes a la fiesta, ha estado circulando en línea, y no es lo que Yolanda quiere ver. Las imágenes, borrosas y granuladas, la muestran bailando, riendo y aparentemente en posesión de una botella de licor. Pero para el ojo inexperto, parece que está manejando una sustancia sospechosa, y los rumores se propagan rápidamente como la pólvora. El mundo de Yolanda se pone patas arriba mientras navega frenéticamente por las secuelas de la publicación del video. Es una madre soltera que hace todo lo posible para mantener a su hijo pequeño, Alejandro. Pero las acusaciones y suposiciones que comienzan a circular amenazan no solo su reputación, sino también su libertad. A medida que el video continúa ganando terreno, Yolanda se da cuenta de que debe tomar medidas para protegerse a sí misma y a su hijo. Comienza a hacer llamadas telefónicas, tratando de recopilar más información sobre los orígenes del video y las personas que podrían ser responsables de su publicación. Su mejor amiga, María, es una fuente constante de apoyo y aliento, instando a Yolanda a defenderse ya luchar contra las falsas acusaciones. Sin embargo, Yolanda es consciente de que el tiempo se agota. El video ha sido visto por muchos, y las autoridades seguramente se involucrarán pronto. Sabe que no puede quedarse en la ciudad, no cuando es probable que la policía empiece a buscarla. Con una profunda sensación de desesperación, Yolanda comienza a empacar sus maletas, preparándose para embarcarse en un viaje que la sacará a ella y a Alejandro del peligro. Mientras hace sus preparativos, Yolanda se enfrenta a una difícil decisión: ¿debería quedarse y luchar contra las acusaciones, arriesgándolo todo por su reputación y libertad, o debería huir y proteger a su familia? La elección no es fácil, y Yolanda debe recurrir a su fuerza interior y resistencia para tomar la decisión correcta. El tiempo corre, y la ventana de escape de Yolanda se está cerrando rápidamente. Con cada minuto que pasa, las apuestas aumentan y las consecuencias de sus acciones se vuelven más nefastas. Mientras navega por la compleja red de mentiras y suposiciones que la rodean, Yolanda debe encontrar una manera de limpiar su nombre y protegerse a sí misma y a su hijo. Las calles de La Habana, que antes eran un lugar vibrante y acogedor, ahora parecen traicioneras e implacables. Yolanda se mueve rápida y silenciosamente, tratando de evitar llamar la atención sobre sí misma mientras se dirige a la estación de autobuses. El aire está cargado de tensión mientras se despide de María, con el corazón apesadumbrado por saber que tal vez nunca vuelva a ver a su amiga. Mientras el autobús se aleja de la acera, Yolanda vislumbra por última vez la ciudad que está dejando atrás. Las casas, las calles y los lugares emblemáticos familiares parecen extenderse ante ella como un recuerdo lejano. Sabe que llevará este lugar con ella, sin importar a dónde la lleve la vida. La experiencia ha dejado una marca indeleble en ella, un recordatorio de la fragilidad de las relaciones humanas y el poder de las falsas acusaciones para remodelar la realidad. El camino por delante es incierto, pero Yolanda está decidida a aferrarse a su dignidad y a su sentido de identidad. Mira a Alejandro, que está acurrucado a su lado, con los ojos abiertos y curiosos. Mientras el autobús avanza, Yolanda respira hondo y comienza a planificar un futuro libre de las sombras de la sospecha y la desinformación. El mundo puede pensar que es una "mujer salvaje", pero ella sabe la verdad: es una madre, una sobreviviente y un faro de esperanza frente a la adversidad.
Reseñas
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